31 enero 2007

Esclarecimiento

A ver si me aclaro, que las ilusiones se agolpan y luego me hunde el desengaño. Que iluso, pensar en todas cuantas se agolpan, que desengaño despertar del letargo de ellas contemplando el inmundo motivo del desengaño. A ver si me aclaro, que no hago más que decir idioteces a costa del letargo que antes decía, que no hago más que mirar al cielo, sin mirar donde piso, y si acaso, sólo si acaso, me da por volver la vista atrás y recrearme en el pasado. El pasado, en lo que pudo ser y nunca ser quiso, por más que yo le diera vueltas al asunto, buscándole tres pies al gato, el qui de la cuestión, las soluciones que no había y el lamento que luego procuraba el dichoso asunto del que diera cuenta por aquel entonces. A ver si me aclaro, que anduve, ando y andaré buscando alguna compañera y mientras nunca encuentro la verdadera y ni tan siquiera una que finja serlo me dejo atrás a la que debió serlo por siempre jamás, el jamás de los jamases. Que idiotez, pensar que sólo besaba la puerta que me cerraban en las narices y nunca el bello rostro que me embrujara… por aquel entonces. Y entonces, perdido y aturdido por tanto portazo en los hocicos, ahora me doy cuenta de que la compañía de la verdadera compañera pasó una vez por frente mía. Que iluso, porque nadie me garantiza que el amor que ella me procesara un día fuera una mera ilusión más de las tantas que se agolpaban y luego desembocaban en el desengaño que ahora me atosiga.

Era un buen final, tal como acabé la primera parrafada… pero he pensado que debo explayarme algo más, de esa manera podré encontrar, que no reconciliarme, con mis sentimientos. Y preguntarme: por qué me es tan difícil olvidar algo que nunca he tenido, por qué me es tan difícil olvidar lo que con ella nunca he vivido, por qué no puedo olvidar todo lo que la he querido, por qué si alguna vez de verdad me quiso tanto nunca me lo dijo, aunque de verdad me pregunto por qué no fui yo quien le confesó lo que sentía y si por azar, porque ya solo pido un poco de fortuna, me hubiese correspondido. Son tantos por qué que por si solos tienen la respuesta en la misma pregunta, en no preguntarme y dejar que el tiempo siga engañándome.

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