30 mayo 2008

Todo lo que te quiero es todo lo que tú me has enseñado.

En cuatro meses aprendí lo que no hube aprendido en veinticinco años.
Ni en los lejanos días de escuela, ni en las mañanas frías llenas de apatía donde ni el sol salía para calentar mis pasos hacía el cruel destino que intentaban hallar mis pies, el mismo, que a la inversa, tardaban mucho más en encontrar. Malditos los amaneceres que despertaba sin dormir y que oscuras me llevaban hacia el cruel currelo.
Ni lo que los maestros intentaron pero enseñarme no pudieron. Dividida la vida en absurdas asignaturas donde no se encontraba un resquicio de lecciones de lo que he aprendido en cuatro meses contigo.
Ni lo que a base de palos me enseñaron mis mal llamadas antiguas compañeras. Desde la que no quiso darse cuenta siquiera del amor que le procesaba hasta la que con desprecio escupió en lo que un día con tanto empeño ella misma se empeñó en sembrar.
Ni la palabra, consuelo, consejo, de mi fiel amigo, mi único y fiel compañero, mi padre.
Ni lo que se santifica en cantinas, lo que se reza en estadios, se bebe en la calle y se vomita en los bares.
Ni con la palmadita en el hombro del compañero que osó llamarse amigo, ni el amigo que sólo se consideró compañero.
Ni uno, ni la otra cosa, me enseñó, ni por asomo, lo que es, lo que significa, el estar enamorado. El querer a alguien que no sólo se merece ser querida, que se merece mi costilla como se la ganó tu tocaya allá por los inicios de la antigua antigüedad.
Sólo tú has conseguido enseñarme, mostrarme, ejemplificarme, santificarme, hacerme beber... lo que es el amor.
Todo lo que te quiero es todo lo que tú me has enseñado.

Tu hombre... mi costilla.

05 mayo 2008

Felicidad

(Del lat. felicĭtas, -ātis).

1. f. Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien.

2. f. Satisfacción, gusto, contento. Las felicidades del mundo

3. f. Suerte feliz. Viajar con felicidad