11 julio 2007

Ha sido un placer... por tu parte.

Una vez abierta la veda ya solo queda coger el fusil. Que no es otra cosa de lo que hablo que sobre tu desprecio, que no pienso más que en blasfemar sobre ti, arroparte con mi alma es todo lo que deseaba, ahora solo quiero mancharte de vergüenza, esta que me invade cuando recuerdo siquiera todo lo que un día te quise. Ahora quiero que mi rabia te haga sentir todo el desprecio que yo he sentido. Que solo he querido ser parte de ti y lo he logrado, pero esa parte es tan ínfima que se reduce a las virutas que pisas al caminar; anda, date un aire de grandeza y mira hacia atrás, al menos para regodearte.

Pero mi intención era vilipendiarte, no ser humillado, así que voy a intentar que la desfachatez que a ti te sobra a mi no me falte, para mandarte a tomar por culo. ¿Acaso creías que no me atrevería a escribir algo así?

Cuantos buenos ratos perdidos, cuantos segundos desperdiciados pensando en cómo serían muchos más en tu compañía, cuantos sueños tirados a la basura, por la actitud pueril de una mujer que yo creía más adulta. Y cuanta ilusión, pregunto: cuánta ilusión me queda ahora a mí para continuar. La de verte volver un día, la ilusión de verte rogar por una simple palabra de aprecio por mi parte, esa que, sobre mi propia tumba te juro, no te voy regalar.

Que todos tus muertos te la den, asquerosa brujilla de tres al cuarto, hija y hermana de malas pécoras.

Con todo mi desprecio… a la vampiresa de pacotilla que has sido siempre pero que nunca serás.

No hay comentarios: